Cerca de Pinilla del Valle, junto al río Lozoya, se encuentra un conjunto de yacimientos que ha proporcionado restos del hombre de Neandertal, así como de su industria.

 

Cuenta el guía que uno de los niveles de ocupación es el de mayor extensión de Europa. A continuación, extrae una réplica de un cráneo Neandertal para desmontar la idea del homínido de baja estatura que andaba encorvado: su estatura podía alcanzar los 170 centímetros y su postura era erguida, como la nuestra. La principal diferencia con el Homo sapiens moderno radica en su corpulencia. En palabras del guía «hoy encajarían en el perfil de atleta olímpico».

 

Finalmente, a través del recorrido por la zona de excavaciones, se nos hace partícipes de los últimos hallazgos, dejando claro la la capacidad simbólica del mundo Neandertal, tal y como sugieren los enterramientos rituales o los adornos.

 

En definitiva, un provechoso viaje al pasado.